Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido.
Escribo, triste, en mi cuarto quieto, sola, como siempre he sido, sola, como siempre seré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario