"Tras el espejo..." Capítulo III

-¡Tío! -dijo Stefan nada mas ver a Salvatore al salir del aeropuerto- ¡Estoy aquí!
*¡Stefan, hijo mío! -exclamó alargando las últimas vocales-.
Hacía cuatro años que Salvatore no veía a su único y favorito sobrino.
Desde que su hermano murió, él se había hecho cargo de su sobrino y su madre, ya que era la única familia que le quedaba.
-Hola, tío. ¡Cuánto tiempo! ¡Qué alegría verte y estar de nuevo en Estados Unidos!.
*Ese acento inglés... -era algo que no le agradaba mucho oír a Salvatore, el ligero acento que tenían los ingleses- pero no pasa nada, en unos días se te irá y volverás a ser el mismo.
De camino a casa Stefan no paraba de preguntar cosas sobre su nuevo trabajo, estaba muy agradecido y esperaba caer bien a sus futuros compañeros.
-¡Hijo, tranquilo! -exclamó Salvatore- ya verás lo bien que estarás.
*Eso espero. Me agrada pensar que voy a trabajar contigo.
Salvatore se puso nervioso, aún no le había dicho que no iba a trabajar en la misma planta que él ya que tenía que empezar desde abajo y, paso a paso, escalar posiciones.
-Verás... respecto a eso...
*¿Qué ocurre, tío?
-No trabajarás conmigo. Te he colocado en otra planta. Comprende que eres nuevo y no por ser mi sobrino irías a estar junto a mí.
*Pero... -vocalizó Stefan atónito- Eso quiere decir que tú no serás mi jefe. Seré uno más en tu mundo.
-No te preocupes. Estás en buenas manos.
Al día siguiente, nada más llegar a su puesto de trabajo, Salvatore notó que su sobrino y Samantha no se llevarían muy bien que digamos (...).
Ambos tenían su personalidad, y, Sam, era de mano dura.
*Samantha, te presento a mi sobrino Stefan. Tengo una reunión así que os dejo solos. ¡Buena suerte muchacho! -exclamó con sonrisa pícara-.
-Bienvenido -dijo Sam-. A partir de ahora serás mi ayudante. Puedes llamarme Srta. Jones o Samantha. Con el paso del tiempo aprenderás todo lo que necesitas saber sobre el mundo de la arquitectura. Espero que no te resulte difícil.
*Tranquila, Samy; soy de aprendizaje fácil y rápida.
-Samantha para ti.
Desde aquel momento saltaron chispas entre ambos... Era más que evidente quue la jefa y el ayudante se habían convertido en archi-enemigos.
To be continued...