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25 de mayo de 2011

"Tras el espejo..." Capítulo VII

-No lo entiendo -dijo Samantha- ¿Qué haces aquí?
*Estamos solos -respondió Stefan- El equipo solo son empleados; han venido a ver cómo estabas, pero nada más y, tu familia está lejos.
Yo me sentí responsable. Significas mucho para mi tío y no quería que te sucediera nada malo, así que me quedé para cuidarte y saber cómo iba tu progreso.
Samantha no encontraba palabras para expresar todo lo que por su cabeza pasaba.
Le parecía increíble, más sabiendo que ella no le caía tan bien a Stefan, ya que habían empezado con muy mal pie.
-No debiste -consiguió decir- ¿Quién está al cargo de todo el trabajo que tenemos encima? ¡Yo soy la cabeza del proyecto! (...). Ésto supondrá muchos problemas. ¡Tres días perdidos!
*Tranquila, Sam. Comprobé que no se hiciera nada importante sin tu consentimiento; ahora bien, he tenido que dejar a Westh como mediador.

Al día siguiente, Sam pudo salir del hospital, pero no del recinto, ya que aún estaba mal y tenía que pasar por varias pruebas para comprobar que se encontraba en perfecto estado.
Estaba sola, pues le había dicho a Stefan que se fuera a descansar y, de paso, a ver cómo iba el trabajo.
Dando un paseo por los grandes jardines que allí había, encontró a una señora ya entrada en edad que parecía estar perdida.
Iba en silla de ruedas y llevaba puesto un albornoz plateado con adornos florales.
Sin pensarlo, Sam se acercó para ofrecerle ayuda.
Al parecer su nieto había ido a por algo de beber, pero ésta se alejó de donde estaba y ya no recordaba el lugar en que debía estar.
-Tranquila, señora, la ayudaré a buscar a su nieto.
Hablando mientras recorrían los grandes jardines en busca del nieto, Agatha, que era el nombre de la señora, le contó a Samantha que odiaba los hospitales (algo que tenía en común con Sam); de su nieto, el cual la había ido a visitar, no paraba de decir maravillas...
*¡Mira! -exclamó con emoción Agatha- ¡Ese es mi nieto!
Nada más levantar la mirada pudo reconocer al nieto.
Millones de emociones afloraban en su interior. Nunca se imaginó que sus caminos volverían a cruzarse.
Se trataba de Damian O'conner.
-¡Abuela! ¿Pero dónde te habías metido? Me tenías muy preocupado...
*Me perdí dando una vuelta. Ésta hermosa muchacha me ayudó a encontrarte.
Al principio no la reconoció, pero en cuanto la miró detenidamente a los ojos la recordó.
Era ella. Igual que antes; no había cambiado nada. Todo lo contrario, la encontró más preciosa que nunca.
To be continued...

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INTENTO ESCRIBIR MIS MEMORIAS.

ESAS QUE TANTO ME HICIERON SENTIR.

PERO TENGO UN PROBLEMA; NO SÉ QUÉ PALABRAS ELEGIR...